Prevén vender unos 50 millones de tickets este año. Las
cadenas suman las salas tipo simulador.
A pesar de la recesión y las restricciones de las personas
en sus gastos, el cine se mantiene al tope de las preferencias de entretenimiento.
Tras el récord de taquilla del año pasado, con más de 50 millones de tickets
vendidos, acaba de debutar en la Argentina un nuevo formato de pantalla: las
salas 4D. En el mundo se la conoce como E-Motion, una tecnología que sincroniza
la película en pantalla con las butacas, que se mueven, vibran, emite olores,
viento y hasta moja a los espectadores según la escena.
Es la última gran
innovación de las cadenas, cuyo objetivo es atraer público y mejorar los
márgenes de rentabilidad.
Según el portal especializado Ultracine, hasta el viernes
pasado se habían vendido 38.327.937 entradas, una cifra casi idéntica a la del
mismo lapso del año anterior. Si se comparan las recaudaciones (producto de la
inflación), la diferencia es significativamente más amplia: $3.045 millones en
lo que va del año contra $2.376 millones en igual período de 2015.
“Discriminados por formato, las salas 3D ya representan el 25% de las ventas”,
afirma Julieta de Almeida, editora de contenidos de Ultracine. No es un dato
menor: desde las cadenas resaltan el impacto de los formatos de sala premium en
los ingresos, lo mismo que el de otros servicios clave, como el candy
(gastronomía, pochoclos, bebidas, panchos y golosinas), que ya representan “en
promedio, el 35% de la facturación”, comenta Diego Bachiller, gerente comercial
del Village.
El cine es una de las industrias que más se reconvirtió.
Amenazada de muerte sucesivamente por los videocasetes y videoclubes, los DVD,
la televisión paga, la piratería y el streaming, las cadenas reformularon el
tamaño de las salas, incorporaron la gastronomía, ofrecen opciones en 2 y 3D,
películas con subtítulos o dobladas, pantallas normales o gigantes y en alta
definición, y salas acondicionadas para generar un sonido envolvente, entre
muchas otras cosas. Y ahora sorprenden con el 4D.
Pero el gran despegue fue la digitalización de las
proyecciones y las salas: tal proceso arrancó en 2009 y redujo drásticamente el
costo de las copias, de tal modo que las cadenas abonan la película una vez y
la replican por las salas que dispongan. “La digitalización permite el estreno
de las películas en simultáneo, incluso en las salas más chicas del país, lo
que incrementó la afluencia de público en general”, interpreta Martín Alvarez
Morales, gerente general de la cadena Cinemark-Hoyts. Es fácil comprobar los
resultados: de los 20,5 millones de tickets vendidos en 1997 se pasó a un
promedio de 45 millones de espectadores en los últimos cinco años, según datos
de Ultracine.
Al alcance de todos
Lo más llamativo es el fenómeno de la taquilla, que se
mantiene en niveles récord. Alvarez Morales sostiene que eso es lógico. “A
pesar de la crisis, el cine es la forma de entretenimiento más accesible, en
comparación con otros espectáculos. También incide que las promociones las
extendimos a todos los días de la semana”, dijo. Gabriel Feldman, CEO de los
cines Multiplex, coincide dando un ejemplo concreto: “El cine es un espectáculo
muy económico y está al alcance de cualquiera. Si nos remontamos 10 años, una
entrada de cine salía lo mismo que una entrada al fútbol. Hoy está a la mitad”.
Los precios de las entradas varían según las características
de la proyección. Una sala 2D (convencional) oscila entre $100 y $130. En 3D,
entre $130 y $150. Y en las dos únicas salas 4D que están operativas (el
Multiplex de Pilar y el Village Avellaneda), el precio varía entre $230 y $250.
Sin embargo, el precio del ticket promedio ronda hoy los $80, por el impacto de
las acciones promocionales de las cadenas. La cifra surge de comparar la cantidad
de entradas vendidas con la recaudación general entre enero y agosto de 2016.
En el país existen 260 complejos y 871 salas operativas. En
2011, Cinemark compra la cadena Hoyts y actualmente es líder del mercado con
188 salas sumando las dos marcas: Hoyts (108) y Cinemark, las 80 restantes. Más
atrás aparecen Cinemacenter (91 salas), Village (80), Showcase (77) y Multiplex
(39). “Cinemark-Hoyts es una sola empresa pero operan como marcas
diferenciadas”, dice
De Almeida, de la consultora Ultracine. Sobre proyecciones
para este año, la especialista señala que “el año pasado hubo muchas aperturas
de salas, complejos y una mayor oferta de servicios premium”. El gran debut del
año es la irrupción del 4D.
Ya hay dos cadenas (Multiplex y Village) que la adoptaron, a
través de Lumma, una empresa nacional. Funciona como
los simuladores de los parques de Disney, con butacas que vibran y se mueven en
todas direcciones, emiten olores, viento, sonido y hasta lloviznas de agua,
todo en perfecta sincronización con las escenas de la película. “Hacemos
relevamientos a la salida de la sala y la gente sale muy satisfecha. Nos dicen
que esto es algo muy distinto, un cine a una escala superior”, sintetizó Diego
Bachiller, del Village.
El ejecutivo dice que más allá de los buenos resultados, el
retorno de la inversión todavía es muy alto. “El costo de una sala 4D supera
los US$500.000. Es un gran producto, una experiencia superadora y tenemos altas
expectativas pero todavía es cara”, añadió. “Esto es lo último en materia de
atracciones, similar a los simuladores de los grandes estudios, como Disney y
Universal. Ahora se replicó para el cine comercial. La gente disfruta la
tecnología, que es algo diferente a ver una película”, comenta Feldman.
Multiplex, adelanta, tiene previsto inaugurar una segunda sala 4D antes de fin
de año.
Fuente: Clarín.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario