La primera Escuela de Cine Sordo de América Latina, cuyo
objetivo es generar una mayor accesibilidad de las personas sordas a las
películas y el lenguaje cinematográfico, será fundada en 2018 en la provincia
de Misiones por Federico Sykes y Carlos Reynoso, dos hipoacúsicos que dirigen
el Festival Internacional de Cine Sordo, cuya primera edición se llevó a cabo
en abril pasado en la ciudad bonaerense de Tigre.
Con la experiencia previa de haber realizado un taller de
lenguaje audiovisual para sordos en esa provincia del NEA hace unos años, Sykes
y Reynoso tienen previsto fundar esta primera escuela en el Parque del
Conocimiento de la ciudad de Posadas, con la idea de que asistan personas
sordas de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Formosa, además de otras
que quieran acercarse desde Paraguay y Brasil.
“En Argentina hay más de 4 millones de personas sordas,
muchas de ellas con diferentes niveles de incapacidad. Nuestro objetivo con
esta escuela y el festival es mostrar a la sociedad qué es el lenguaje de señas
y cómo viven los sordos. Nos gustaría que fueran espacios de encuentro para
compartir con todo el mundo y difundir nuestra problemática a toda la
sociedad”, indicó Sykes en un encuentro con Télam.
“Apostamos a crear conciencia sobre el tema de la sordera.
La principal problemática es la falta de accesibilidad e inclusión. Estamos
cansados de encontrar barreras. Es un tema social y cultural, y el objetivo es
que las personas conozcan estas problemáticas. Es un camino muy largo por
recorrer, pero lo importante es que ya plantamos la semilla y creemos que dará
frutos”, se esperanzó.
Mediante señas de manos, traducidas a palabras por una
intérprete, Sykes recordó que “el artículo 66 de la Ley de Medios Audiovisuales
establece que se debe fomentar el audiovisual accesible para todos, pero hasta
el momento faltaba que se fomentara el cine sordo. Entonces empecé a pensar en
una solución para que los sordos pudieran disfrutarlo”.
Tomando el ejemplo de festivales de cine sordo que se
realizan en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia, y basándose en suexperiencia como asistente de producción en varios festivales de cine locales,
Sykes creó junto a Reynoso el primer Festival Internacional de Cine Sordo
(Ficsor) para “romper las barreras de comunicación que existen entre los hipoacúsicos
y las demás personas”.
“Toda mi vida amé el cine. Aprendí y adquirí bastante
experiencia en distintos festivales, hasta que un día un grupo de sordos fuimos
juntos a presenciar películas en un festival en la provincia de Córdoba.
Estuvimos viendo el festival pero no entendíamos nada de lo que pasaba, porque
faltaban esencialmente subtítulos e intérpretes para nosotros. El problema
principal era la accesibilidad”, recordó.
Licenciado en Cine en la Universidad de Palermo de Buenos
Aires, Sykes sostuvo que “hay un problema grave, como una barrera, que tiene
que ver con el tema de la comunicación, porque la gente no conoce la importancia del lenguaje de señas. Y en ese sentido creemos que sería muy
importante realizar un mayor trabajo de integración entre sordos y escuchas”.
Para Sykes, “la realización del primer festival de cine
sordo fue la construcción de la base hacia el futuro, porque en el segundo
tendremos nuevos objetivos y veremos si podemos avanzar creando grupos en otras
provincias del país para que puedan difundir sus propias problemáticas. El
objetivo es mostrar dónde viven y cómo son las comunidades de sordos en cada
provincia”.
“Tenemos una historia de mucho sufrimiento porque la
sociedad nos mira como si fuéramos enfermos y queremos demostrar que, en
igualdad de condiciones, podemos hacer las mismas cosas que los demás”, aseguró
Sykes, cuya iniciativa de crear la primera Escuela de Cine Sordo cuenta ya con
el apoyo del Incaa, el Instituto Audiovisual de Misiones y la Facultad de
Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones.
La primera edición del Ficsor -que contó con el interés de
la Cámara de Diputados de Misiones- convocó a gente de la Argentina y otros países,
contó con la colaboración de la Confederación
Argentina de Sordos y
asociaciones similares de otros países, además de exhibir 39 cortometrajes
internacionales, convirtiéndose así en la segunda experiencia de su tipo en
Latinoamérica, detrás del festival que se realiza en Ecuador.
“El objetivo fue mostrar la identidad y la cultura de los
sordos y también generar una integración para que los oyentes se metan en el
problema de los sordos y descubran sus dificultades. Hay cine sordo pero es un
cine para todos, no sólo para los sordos”, aclaró Sykes.
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